Los alimentos bien empaquetados
Olvídate de ese gesto por desgracia tan habitual de meter en la nevera un plato descubierto con algún alimento... que puede ir desde un trozo de tarta, a una porción de tortilla que ha sobrado de la comida, a los filetes crudos que no has cocinado. Cada alimento debe estar envasado y bien sellado. Ya sea con plástico film, con papel albal, con bolsas de congelación (sirven para congelar pero también para guardar los alimentos en la nevera) o en tarteras.
Higiene personal
Es algo que todos tenemos claro... pero no está de más recordarlo. Cuando uno está en la cocina... debe mantener la higiene personal. Las manos siempre limpias. Lo cual no significa solo que debes lavarte las manos cuando comienzas a cocinar y listo. Debes volver a hacerlo cada vez que cambias de proceso o cada vez que te las manchas manipulando un alimento. Por ejemplo si estás retirando la piel a unos muslitos de pollo para hacer un guiso estupendo... lávate las manos después, justo antes de ponerte a picar verduras.
Que una comida no pase más de 2 horas a temperatura ambiente
Es normal esperar a que se enfríe un guiso o cualquier otra elaboración recién hecha y que no vas a comer en el momento, antes de meterla en la nevera. De hecho, todos los fabricantes de electrodomésticos recomiendan no meter comida muy caliente en la nevera. Si lo haces la nevera sufre mucho y gasta mucha energía en recuperar la temperatura en su interior. Sin embargo, esto no significa que debas dejar las lentejas o le cocido toda la noche al aire.
Lo que debes hacer es dejar que se atempere fuera de la nevera... y que lo guardes en el refigredador cuando no esté muy caliente, pero tampoco completamente frío. Digamos... templado.
Tampoco está de más que ayudes a que se enfríe... por ejemplo colocándolo en un recipiente diferente a la olla en la que lo hayas cocinado, repartiéndolo en varias tarteras, o incluso poniéndolo encima de algún enfriador. Un plato, un uso
A veces, en nuestro afán por no tener que fregar demasiados cacharros... nos pasamos. Una cosa es que usemos el mismo plato para comer tanto el primer plato como el segundo, sobre todo cuando no lo hemos ensuciado apenas... y otra que intentemos emplatar la comida ya elaborada en el mismo plato que hemos empleado mientras cocinábamos, y donde puede que haya habido alimentos crudos. Mucho ojo... que fregar un plato menos nos puede salir muy caro. Lo mejor será no exponerse nunca y recordar que un plato, un uso.
De nada sirve que te laves las manos antes de ponerte a cocinar y que uses tablas diferentes para tratar alimentos crudos y alimentos cocinados... si los paños de cocina que empleas, o las bayeta con las que limpias las superficies... no están limpios. Cámbialos a menudo lávalos convenientemente.
Da igual si las vas a cocinar o si las vas a consumir crudas... por ejemplo una lechuga o un tomate. Siempre debes lavar las verduras, y en el caso de lechugas y repollos, desechar las hojas externas.
Los alimentos crudos, en la parte baja de la nevera
En el frigorífico, los alimentos frescos y crudos deben situarse en la parte baja... la que se sitúa justo por encima de los cajones de la fruta y verdura. En primer lugar porque es la zona que más enfría de la nevera, y en segundo lugar porque así evitas que si gotean, puedan contaminar otros alimentos que se sitúen abajo. Algo que, de todas formas, no debería ocurrir si están bien empaquetados.
Despeja tu banco de cocina
Sin querer, tendemos a acumular cosas sobre la encimera. Botes, tostadoras, microondas, máquinas de café, picadoras, batidoras... tenemos tantas cosas en la cocina que acabamos teniendo que pelar y cortar patatas en un rincón. Despeja tu cocina, guarda todo lo que no uses a diario y trabajarás mucho más a gusto.
Ten una (buena) sartén solo para las tortillas de patata
Salvo que te gusten que se peguen o directamente no prepares nunca tortillas, este es mi consejo: una buena sartén única y exclusivamente para la tortilla de patata. Incluso me atrevería a decir que no la friegues, y simplemente la limpies con un poco de papel de cocina. Mano de santo.
Fuentes: varias
Despeja tu banco de cocina
Sin querer, tendemos a acumular cosas sobre la encimera. Botes, tostadoras, microondas, máquinas de café, picadoras, batidoras... tenemos tantas cosas en la cocina que acabamos teniendo que pelar y cortar patatas en un rincón. Despeja tu cocina, guarda todo lo que no uses a diario y trabajarás mucho más a gusto.
Ten una (buena) sartén solo para las tortillas de patata
Salvo que te gusten que se peguen o directamente no prepares nunca tortillas, este es mi consejo: una buena sartén única y exclusivamente para la tortilla de patata. Incluso me atrevería a decir que no la friegues, y simplemente la limpies con un poco de papel de cocina. Mano de santo.
Fuentes: varias